PROPÓSITO

El propósito de este documento es continuar explicando a los fieles de qué envergadura son las trampas que satanás tiene preparadas para la humanidad. Rezamos para que los fieles se vuelvan más atentos y menos paranoicos, más devotos y menos dependientes de los demás seres humanos y, por lo tanto, más dependientes de Dios. Cuando una víctima en potencia comprende mejor el modus operandi del agresor, se puede defender mucho más fácilmente y de una manera menos traumática.


INTRODUCCIÓN

Parafraseando lo que escribimos el 13 de noviembre de 2006, en nuestra sección de Puntos para Reflexión (1):


A continuación, daremos una visión de conjunto de cómo satanás utiliza la codependencia para esclavizar a las dos partes involucradas en ese tipo de relación disfuncional (3), incluso más allá de la tumba.

Miles de litros de tinta han corrido desde que el ser humano hiciera de la codependencia uno de los temas preferidos de Autoayuda. ¡Vende, realmente vende... libros y tranquilizantes!

La cuestión es: ¿Comprenden de verdad los inocentes fieles la dimensión espiritual de la codependencia?

A menos que uno comprenda plenamente dicha dimensión espiritual, satanás seguirá aprovechándose al máximo utilizando una de sus herramientas favoritas para atrapar, esclavizar y hacer infelices a los seres humanos.


DETALLES

Cómo se entra

En pocas palabras, la codependencia es una relación simbiótica en la que una parte justifica inconscientemente su existencia (su valor) haciendo que la otra parte sea totalmente dependiente de ella a todos los efectos prácticos. Así, a medida que un individuo que se desprecia a sí mismo y que anhela “sentirse necesario” va llenando su vacío interior, la víctima se convierte en un ser casi anulado y cada vez más dependiente de su "amo", que es el que cubre todas sus falsas necesidades emocionales y también las físicas reales.

Naturalmente, a medida que el "esclavo" se va volviendo cada vez más dependiente del "amo", se hace también cada vez menos dependiente de Dios; puesto que el “amo” pasa a ocupar el lugar de Dios.

Le resulta familiar, ¿verdad? ¡¿Pues quién acaso es el que siempre intenta ocupar el lugar de Dios, si no satanás?! Con esto podrá usted entender qué clase de espíritu mueve al "amo" (4) y también lo destructiva que puede llegar a ser una relación de ese tipo.

Antes de profundizar más en esta cuestión, entienda que es propio del ser humano desear ser querido y apreciado, cualidad heredada de Dios, el cual nos creó a su imagen y semejanza. Es también propio del ser humano expresar nuestra gratitud a aquellos que nos ayudan de vez en cuando. Sin embargo, cuando satanás se aprovecha de esas cualidades humanas y las manipula para sus propios fines, el sufrimiento puede ser inmenso.


¿Cómo es posible que esto suceda? ¡Pues muy sencillo!

satanás hiere a un alma, normalmente en su juventud. Dicha alma se vuelve muy insegura, se desprecia a sí misma y comienza a desarrollar una sensibilidad fuera de lo común para determinar lo que le agrada a su atormentador en un esfuerzo por apaciguarlo. A partir de ese esfuerzo, el individuo en cuestión (el futuro "amo") desarrolla una brillante técnica de manipulación que practica con todos los que le rodean, una técnica que pasa prácticamente desapercibida, porque está envuelta en una apariencia de servidumbre o sumisión.

Poco a poco, ese "amo" en ciernes va enmarañando a los que le rodean mediante técnicas manipulativas para convertirlos en “codependientes”, de modo que va recuperando algo de aquella seguridad que perdió en su juventud, cuando fue herida su alma. Por supuesto, satanás tiene ahora bajo su control al aprendiz de "amo", porque de esta manera puede infligir daño, o al menos intentarlo, a todos los que entran en contacto con aquel que, a estas alturas, se ha convertido, por así decirlo, en un vampiro espiritual.

Es una ley del mundo espiritual el hecho de que, cuanto más dependamos de cualquier cosa del mundo físico, ya sea de otro individuo o del dinero, menos dependeremos de Dios. Cuanto menos dependamos de Dios, más nos alejaremos de Él y más sufriremos en el Tiempo, suponiendo que nuestra alma esté destinada al Cielo. (5)

Una vez que la víctima, el "esclavo", queda bajo el control total del "amo", éste lo mantendrá sometido por medio de la culpa por más que se resista el “esclavo”. Lo verdaderamente brutal de esto es que ese dominio puede llegar a prolongarse incluso hasta después de la muerte del “amo”.

Siendo satanás el titiritero en este penoso y siniestro espectáculo, podría llegar a inducir al “amo” en su “desesperación” a cometer suicidio. Tal acto esclavizaría aún más a la víctima, sumergiéndola completamente en un sentimiento de culpa, un sentimiento alimentado por el recuerdo del "amo" fallecido.

Pero usted tal vez se pregunte: ¿Para qué esclavizar todavía más al alma que quedó en la Tierra, si el amo ya no está y no se puede beneficiar de su esclavitud?

Esto también tiene una fácil explicación: Al fin y al cabo, tanto el "amo" como el "esclavo" son víctimas, víctimas del titiritero que es satanás. Éste acaba de arrastrar a uno a la desesperación y al suicidio y ahora continuará amargándole la vida al otro hundiéndolo en un angustioso sentimiento de culpa.


Cómo salir

En cuanto usted perciba el menor signo de que esté surgiendo una relación de ese tipo, ¡deténgala!

El tipo de trampa del que estamos hablando ha sido la táctica preferida de satanás para intentar hacer descarrilar y controlar a miguel de Portugal. (6) Pero por medio de la Gracia de Dios, y de la Fé que sólo Él puede otorgar, se pueden bloquear las maquinaciones mejor trazadas de satanás.

Hace muchos años, en dos ocasiones distintas, miguel rechazó una subvención permanente por parte del único patrocinador del que disponía en ese momento, no quedándole otro respaldo material excepto Dios (7). Esto sucedió cuando el patrocinador intentó aprovecharse de su posición para manipular el trabajo al que Dios había llamado a realizar a m. de P.

En condiciones menos dramáticas, m. de P. ha declinado o interrumpido la ayuda de otros patrocinadores, al darse cuenta de sus verdaderas intenciones (desconocidas por ellos mismos).


Cómo detectarlo

El "amo" al acecho puede detectarse fácilmente del mismo modo que se detectaría a un hombre que es invisible pero de carne y hueso: ¡por sus huellas!

El "amo" es totalmente ciego a su disfunción y el "esclavo" se siente cómodo siendo totalmente dependiente del "amo", a pesar de que, de vez en cuando, se sienta atrapado aunque psicológicamente incapaz de romper el vínculo disfuncional.


Casos de manual

El método a seguir (la "huella" del comportamiento del "amo") es siempre el mismo. Este tipo de relación se puede identificar observando la reacción del "amo" cuando cree que está a punto de perder el control del "esclavo". Hay que recordar que el "esclavo", en la mente disfuncional del "amo", es su única razón de vivir, el único bálsamo (psicótico) que le proporciona un sentimiento de valía.

En el momento en que el "amo" se dé cuenta de que el "esclavo" se está independizando, por ejemplo, porque está estableciendo una relación sólida y verdaderamente liberadora con Dios, el "amo" se vuelve contra aquel al que considera responsable de la posible liberación del "esclavo". Su táctica entonces es empezar a poner al "esclavo" también en contra de aquél. Pues eso es lo más efectivo y, por supuesto, lo más destructivo.

Lo hemos vivido muy de cerca, tanto en nuestra vida ministerial como en la familiar. Es tan triste ver a estos dos individuos, "amos" y "esclavos" por igual, siendo manipulados por satanás de una manera tan predecible. Alguien que no sea de Dios y que pueda ver lo que nosotros vemos, podría "hacerlos bailar al son de su tambor" y "exprimirlos hasta la médula", ya que podría reconocer cada una de sus "teclas" y saber exactamente cómo responderán al presionar cada una.

Ahora podrá usted hacerse a la idea de cómo satanás, con una visión aún más clara de las "teclas" de sus víctimas, y siendo el enemigo número uno de Dios, puede destruir literalmente vidas, familias, matrimonios y carreras. No obstante, gracias a Dios, no puede destruir a un alma destinada al Cielo.


CONCLUSIÓN

La única respuesta a este problema tan extendido es, como siempre en primer lugar, la oración y, en segundo lugar, no participar en ese tango disfuncional, pues, como dice el refrán "se necesitan dos para bailar un tango".









In English:  The Co-Dependency Syndrome - One of satan's Most Common Snares

Publicado el 27 de Mayo de 2007 - Domingo de Pentecostés • Traducido al Castellano el 6 de Marzo de 2022