NOTA Introductoria
El replanteamiento del primado pontificio es un asunto que hemos ya tratado ampliamente en nuestro documento sobre El Verdadero Ministerio Petrino.
En el siguiente artículo del diario EL MUNDO, se puede discernir la posición de S.S. Juan Pablo II en lo que refiere a este asunto. Posición la cual no es una novedad para The M+G+R Foundation pero que sí lo es para la mayor parte de los Católicos Romanos y Ortodoxos.
Esperamos que esta información ayude a muchos a comprender claramente los profundos y santos deseos de unidad de S.S. Juan Pablo II; deseos que han sido saboteados por los poderes oscuros en el Vaticano.
El replanteamiento del primado pontificio es un asunto que hemos ya tratado ampliamente en nuestro documento sobre El Verdadero Ministerio Petrino.
En el siguiente artículo del diario EL MUNDO, se puede discernir la posición de S.S. Juan Pablo II en lo que refiere a este asunto. Posición la cual no es una novedad para The M+G+R Foundation pero que sí lo es para la mayor parte de los Católicos Romanos y Ortodoxos.
Esperamos que esta información ayude a muchos a comprender claramente los profundos y santos deseos de unidad de S.S. Juan Pablo II; deseos que han sido saboteados por los poderes oscuros en el Vaticano.
EL MUNDO [España], Jueves 23 de Enero de 2003
RUBEN AMON
Corresponsal
Juan Pablo II acepta discutir sus poderes
La iniciativa del Papa busca la reconciliación de los cristianos y aplacar las malas
relaciones que existen entre el patriarcado ortodoxo de Moscú y el Vaticano
ROMA.- Juan Pablo II está dispuesto a replantear la figura del primado pontificio siempre y cuando la iniciativa sirva de argumento a la reconciliación de los cristianos. El gesto ya podía leerse hace siete años en la encíclica Un unum sint, pero adquirió ayer actualidad y energía, probablemente para intentar aplacar las malas relaciones que existen entre el patriarcado ortodoxo de Moscú y el Vaticano.
«Me parece útil proponer una reflexión común sobre el Ministerio del obispo de Roma [...] con el fin de encintar una forma de ejercicio del primado que, sin renunciar al aspecto esencial de la misión, permita abrir las puertas a una situación nueva», señaló Juan Pablo II con motivo de la audiencia general de los miércoles.
El discurso pontificio remarca la cruzada ecuménica de Juan Pablo II, cuyos viajes de buena voluntad en el mapa del territorio ortodoxo (Grecia, Rumanía, Bulgaria, Ucrania) aún no le han consentido cumplir el sueño de visitar Moscú y de estrechar la mano del patriarca Alexis II.
El pope moscovita acusa a la Santa Sede de promover el proselitismo, mientras que la curia vaticana ha denunciado el modo en que se persiguen las diócesis católica de Rusia, sin olvidar las expulsiones específicas de algunos obispos y sacerdotes exiliados.
Al menos, el mensaje de ayer puede contribuir a serenar los ánimos. Sobre todo porque el replanteamiento del primado resuelve uno de los dos grandes escollos que siempre han considerado inaceptables los principales representantes de la iglesia ortodoxa y protestante.
El segundo radica en abolir la infalibilidad papal, aunque el discurso conciliador del Papa no hizo ninguna alusión específica al dogma en cuestión ni figura en la estrategia del Vaticano.
«Con la fuerza de la fe que nos pone en común nosotros, los cristianos, estamos llamados a recomponer la plena comunión. Con el corazón puro y sincero debemos empeñarnos, sin cansarnos, en el objetivo de esta tarea evangélica camino de la unidad», señaló Juan Pablo II en presencia de unos 4.000 fieles.
Argumento principal
Las palabras de Karol Wojtyla se explican porque acaba de inaugurarse la Semana de la unión de los cristianos y porque el ecumenismo se ha convertido en el gran argumento del pontificado 25 años después de su proclamación como obispo de Cristo.
De hecho, casi todos los últimos viajes papales se han producido en países de minoría católica y han acordonado geográficamente el territorio de la Iglesia Ortodoxa rusa: desde las ex repúblicas caucásicas - Georgia, Azerbaiyán, Armenia - hasta los países bálticos, Ucrania y la remota Kazajistán.
«El Señor ha fundado una Iglesia única y, sin embargo, muchas confesiones cristianas se proponen a los hombres como las verdaderas depositarias de la Verdad de Jesucristo. Todos dicen ser discípulos del Señor, pero se tienen opiniones discordantes y caminan por espacios distintos, como si Cristo mismo estuviera dividido», señaló Juan Pablo II en alusión al mosaico de católicos, ortodoxos y protestantes.
¿Solución? El Santo Padre, de 82 años, consciente de los odios y de las vicisitudes del pasado, sugirió que la prioridad de la unión y de la evangelización deben conducir al entendimiento de los cristianos.
«Queda mucho por recorrer y el camino se presenta cuesta arriba, pero también es cierto que los cristianos de hoy son más compactos y solidarios de cuanto lo eran en el pasado. Doy las gracias al señor por el modo en que se están tejiendo las relaciones de unas y otras comunidades», dijo ayer Juan Pablo II.
El Vaticano espera que el nuevo acercamiento del Papa pueda obtener una respuesta positiva del patriarcado moscovita, cuya jerarquía valoró negativamente el hecho de que la Santa Sede decidiera abrir las primeras cuatro sedes arzobispales en Rusia. La comunidad católica llega allí apenas a los 600.000 fieles, 200.000 menos de cuantos había censados en el preámbulo de la revolución de 1917.
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