PROPÓSITO

El propósito de este documento no es predicar sobre la manera “teológicamente correcta” en que debemos interaccionar con nuestros líderes favoritos – políticos y/o religiosos. El propósito de este documento es ilustrar las graves consecuencias de convertir en ídolo de facto a un ser humano – vivo o muerto.

Conforme nos acercamos a la manifestación del Falso Cristo (1) es imperativo que permanezcamos en guardia contra esta muy humana tendencia.


ANTECEDENTES e INTRODUCCIÓN

En 1 Samuel 8: 4-5 encontramos a los Israelitas insistiéndole a Dios para que les dé un Rey y no más jueces. A través de Samuel, Dios les explica las consecuencias. A saber:


La ofensa por la que la humanidad ha estado pagando desde entonces es el rechazo de Dios como único Señor y único Rey.

El concepto de los Jueces tiene sus raíces en los tiempos de Moisés cuando Moisés juzgaba las disputas y problemas de los Israelitas aplicando las Leyes de Dios. Si nos detenemos y pensamos en ello un momento – eso es todo lo que se necesita: la aplicación del la Ley Divina de una manera justa. Para eso sólo necesitamos Jueces, no hombres que actúen como dioses.

Ese era el concepto que Dios tenía en mente cuando escogió a Pedro y a sus legítimos sucesores (2). Cada legítimo sucesor era conceptualmente elegido para ser el “Juez Supremo” o la “Divina Corte Suprema”. Esa persona tenía que presidir sobre “Iguales” (los que componen la “Divina Corte Suprema”) en la aplicación de la Ley Divina entre los verdaderos Miembros del Cuerpo de Cristo. Lamentablemente —antes de que se asentase el polvo— el mundo tenía un Papa con una triple Corona Imperial y que de hecho —aunque no fuese de palabra— pedía ser adorado. (3)

En el gobierno civil, sucedía lo mismo. Las personas elegidas para servir a la población se hacían dioses, y muchos directamente tiranos. Sin embargo, la mayoría de esos líderes no habrían alcanzado esas posiciones si no hubiese sido a través de la adoración/adulación inicial de otros.

Un ejemplo verdaderamente patético puede verse en la Revolución Francesa (4). La Revolución Francesa fue iniciada por los abusivos excesos de un Rey, Luis XVI. Pero al fin y al cabo, los franceses terminaron teniendo no un Rey, sino un Emperador —Napoleón— mientras satanás alegremente se frotaba las manos. [Quien lo desee puede revisar lo que dijo María sobre los asuntos políticos franceses en La Salette. (5)]


DETALLES

Como Dios conoce nuestras tendencias demasiado bien, se aseguró de que tuviésemos instrucciones claras desde el principio para evitar tales comportamientos.

Primero leemos en los Hechos de los Apóstoles 10: 24-27


Entonces leemos otra vez en los Hechos de los Apóstoles 14: 11-15


Naturalmente – el hombre ha hecho lo mismo no solamente con los Sucesores de Pedro sino también con otros líderes religiosos e igualmente con líderes políticos. Sin ninguna duda, uno puede y debería mostrar respeto por los líderes religiosos y políticos proclamados/elegidos, es decir, tal como Daniel se comportaba cuando se dirigía a Nabucodonosor rey de Babilonia y como Esther se comportaba cuando se dirigía al rey Asuero (6). Respeto es una cosa – adoración es otra muy distinta.

Pero el hombre no puede parar ahí – el hombre debe encontrar otras maneras de ofender a Dios mientras aparenta la máxima piedad.
Esto nos conduce a la adoración de reliquias y cuerpos de personas difuntas considerados santos por muchos... mientras Jesucristo, con Su Verdadera Presencia, espera en todos los Tabernáculos del mundo tan solo un poco de atención, una atención que raramente se le da.
Venerar una reliquia o un cuerpo de una persona difunta que llevó una vida santa es una cosa; adorarla es blasfemia.
Según el diccionario Webster:



Recientemente fue exhumado el cuerpo de San Pio y leemos esto al respecto (7):



y


Cuando encontramos que las personas están rezando más a cualquiera —no importa quién— más que a María y a Jesús, tenemos un problema. Cuando encontramos personas que van de peregrinación “al fin del mundo” a venerar una reliquia o un ser humano vivo o muerto, mientras Jesús languidece solo (solo = sin compañía humana viva) en los Tabernáculos del Mundo, tenemos un problema.


CONCLUSIÓN

Lógicamente, la gente no evangelizada e infra-evangelizada están esperando, sin darse cuenta, a un “Salvador del Mundo” para adorarlo; un salvador que rescatará a la humanidad (8) de la miseria que azota ya a una gran parte del mundo. satanás, por supuesto, está deseoso de atender ese pedido pues ya ha esperado bastante.

Nosotros estamos en paz porque hemos avisado ampliamente al mundo (9) de lo que va a venir y cómo (10); nuestro gran dolor viene del presenciar el sufrimiento que Nuestro Señor Jesucristo y nuestra Madre Celestial, María, están padeciendo como resultado del rechazo de la humanidad a hacer caso de Sus avisos. (11)

¿Qué podemos esperar después de un milagro espectacular (12) —un hecho testimoniado por 70.000 creyentes y no creyentes por igual— y de milagros menores que tuvieron lugar en el mismo tiempo y lugar —Fátima, 13 de octubre de 1917— cuando la respuesta fue que el Papa Benedicto XV, por defecto, permitió (13) que el mundo se sumergiese en el conflicto más sangriento de la historia de la humanidad?


EPÍLOGO

Es irónico que para terminar lo que satanás empezó valiéndose de la ceguera de Benedicto XV (14), Dios ha permitido la instalación de un Benedicto XVI con los ojos bien abiertos (15) que será el acomodador del Falso Cristo (1) – lo cual resultará en el mayor desastre desde el tiempo de la Creación.






In English:  We MUST NOT Adore Man

Publicado en Inglés el 11 de Mayo de 2008 - Fiesta de Pentecostés • Publicado en Castellano el 6 de Mayo de 2011